El pasado 23 de Febrero perpetramos el primer evento del año con Miñoco:
Lápices, Cerveza y Rock & Roll Fue un día bastante especial porque aparte de hacer una fiesta de Compota de Manatí y realizar una exposición miñoquiana, presentamos a nuevos miembros del colectivo: Alejandra Pérez, Alberto Fernández y David Guevara. El acto tuvo lugar en
La Diablita Rock Bar donde tuvimos una gran acogida por parte del público y un gran apoyo de nuestro afitrión Lorenzo, que aguantó todas nuestras excentricidades y exigencias. La verdad es que nos volcamos en este evento e hicimos una
campaña viral bastante intensa, repartiendo flyers y pegando carteles por la ciudad.
Debido a las incorporaciones a las filas de Miñoco tuvimos que variar los formatos para adecuarnos al espacio de exposición. Cada uno haría un A3 en vertical y un A4 en horizontal. En mi caso una noche cualquiera (pensando en las musarañas) tuve no una si no dos visiones de lo que quería hacer. Y la verdad, salvo dos o tres ajustes que hice, los bocetos orginales son prácticamente iguales que el arte final. Se trataba también de hacer que las ilustraciones estuviesen vinculadas entre sí y que representasen nuestra visión de lo que podría llegar a ser el futuro. A mí me encanta la temática post-apocaliptica y distópica, así que me decanté por esta idea. Para mí, el futuro será como una vuelta a los orígenes, después de un fervor tecnológico y globalista todo estallará. La gente dejará las ciudades y volverá al campo y todo lo que nos quedará son vestigios de una civilización demasiado prepotente y ambiciosa: World State (las siglas WS que se ven en ambas ilustraciones).
La primera ilustración está inspirada por un lado en
Gumm, ya que me imaginaba un mundo lleno de chatarra, donde algunas personas podrían encontrar objetos valiosos con los que crear nuevas cosas. Y por otro lado, en Ed de
Cowboy Bebop. que aunque ella era una genio informática, me gustaba la idea de la chica con gran talento para la tecnología y con un look masculino.
En esta ilustración trabajé bastante el diseño de los elementos, tales como la silla-computadora, la lámpara mecánica o la estación de soldaje. Pero una vez tuve esos elementos terminados apenas varié el concepto original. Como se aprecia, el trabajo de texturas fue bastante importante, para darle un estilo desgastado acorde con mi visión futurista. Por falta de tiempo trabajé sobre algunas imágenes para hacer la chatarra y otros elementos, pero apenas se aprecia. Incluí también un
Compota de Manatí, pero que por desgracia en la impresión para la exposición no se veía, ya que quedó muy oscura.
En esta otra ilustración intenté reflejar la vuelta a los espacios naturales y los vestigios de una guerra que provocó el colapso de la civilización. Los niños pasan el rato jugando en el campo en un tanque abandonado, ajenos a todo lo que ocurrió antes de que el conflicto terminase.
Lo que más me obsesionaba de esta ilustración era una perspectiva
diferente, que me sirviese para contemplar el espacio desde lo alto. El diseño del tanque está inspirado, no solo en tanques antiguos y modernos, si no en camiones de basura. La otra referencia visual que busqué fue la del pájaro, que tiene bastante protagonismo, ya que simboliza el triunfo de la naturaleza sobre la destrucción humana. Después de darle color lo único que le metí fue un par de texturas para homogeneizar ambas ilustraciones y conseguir un tono más cálido.
